Durante mis primeros acercamientos a una escuela primaria observé a "maestros tradicionalistas" aquellos que se la pasaban gritando, improvisando y a simple vista sus clases eran un descontrol, observé también a "excelentes maestros" porque ellos tenían controlado a el grupo, dominaban los contenidos, aclaraban dudas, etcétera. Ahora entiendo la complejidad de ser maestro, después de haber pasado por gritar para "calmar" a los alumnos pidiendo que guarden silencio, he tenido 20 libretas por calificar en el escritorio y niños detrás de mí preguntándome que hacer porque no entendieron las indicaciones, he salido un minuto del salón frustrada porque las cosas no salen como yo esperaba... Haciendo una analogía donde la escuela es un campo de batalla, me sentí como un soldado herido, porque me dí cuenta que debo aprender a usar mas armas ¡de diferentes calibres!, aprender estrategias de defensa personal y seleccionar las mejores tácticas para vencer a mi enemigo... Todo esto por una razón ¡Amo a mi patria! por eso, nunca dejaré de esforzarme.
